lunes, 31 de diciembre de 2018

Muestra del Taller de Teatro Adultos

El 20 de noviembre pasado se llevó adelante la muestra del Taller de Teatro Adultos.  Se realizaron varios trabajos, lamentablemente no todos fueron captados por la cámara.  Exponemos aquí algunos de ellos.

El Taller de Improvisación, mostró ocho trabajos basados en el dispositivo:

Mundial



Y que de Mi


Naufrago


Sola Otra Vez


Piano, piano


Te extraño


El Reloj


y Viva la Vida


Dos ejercicios del Maestro Keith Johnstone, llamado ES MARTES

Herencia


y El Cumpleaños

(No hay video disponible)

Un ejercicio basado en el dispositivo 


Casino

(No hay video disponible)

El Taller de Texto presento tres trabajos, escenas de "La Balada Llamarada", un infantil escrito por Guillermo Barri y dos escenas de "Fuera de Cuadro", obra de Javier Daulte.  En el CGP el dia 6 de diciembre, dos trabajos más: "La Boda" de Adriana Genta y "Las Visitas" de Jorge Palant.  Dentro del segmento de Producción Propia, Mario Kogan, presentó "Un bridis por el zonzo", basado en un cuento de Onelio Jorge Cardoso.

La Balada Llamarada






Fuera de Cuadro - Escena II


Fuera de Cuadro - Escena V


La Boda


Las Visitas (fragmento)


Un brindis por el Zonzo



Agradecemos a todos los que nos acompañaron y a quienes nos filmaron, que hacen posible la difusión del taller, alimentando este blog.

Nos vemos pronto en 2019!


sábado, 8 de diciembre de 2018

Ciclo 2018 - Evaluacion


Ha terminado el año y es momento de hacer la evaluación.  Al pie de este artículo encontrarán los links a las preguntas que deberán responderse, ya que en principio se trata de una autoevaluación y si les parece me la mandan por mail, dado que por este año ya no quedan encuentros formales.

Les recuerdo la dirección para el envío:

teatro.ccc@gmail.com

Vamos a hacer un repaso de lo hecho durante el año para que se facilite la tarea.

TALLER DE IMPROVISACION

Con los que ingresaron nuevos al taller, hablamos de la Estructura Dramática, nos ejercitamos con Acciones, establecimos Rutinas, que nos llevan a entender la Línea de Acción, conformada tanto por acciones Autónomas como Físicas.  Realizamos Improvisaciones partiendo de la base de acordar los supuestos mínimos para facilitarla y nos entrenamos con formatos como “El Plomo”, y “Oculto/Manifiesto”.  Distinguimos los tipos de conflicto y cómo se enuncian para que sean efectivos.  Planteamos las situaciones dadas, las que son anteriores a la escena que se inicia y que redondean al Personaje y su estado anímico al empezar la improvisación. 
Evaluamos los ejercicios (propios y de otros) con un criterio constructivo, descubriendo por qué salió bien.  Trabajamos la escucha cuando opinan los demás.  Hacemos nuestra autoevaluación.  Ejercitamos el cuerpo y la respiración, haciendo relajaciones, tomando conciencia de los músculos que se tensan cuando desplazamos el peso del cuerpo y de cuales están liberados de carga o compromiso en el movimiento elegido.  Con la ayuda de Cecilia Mauricio, entrenamos la voz.  Nos integramos con los miembros del taller más antiguos compartiendo ejercicios de Movimiento: trabajamos el ritmo, el pulso y el acento en las canciones.  Armamos y desarmamos formas corporales.  Investigamos el espacio, abriéndolo y cerrándolo, ocupando el espacio que deja vacío mi compañero.  Contamos historias al ritmo de la música. 

Mientras los que ya tienen una experiencia en el taller, trabajaron ejercicios individuales y grupales de “Conflicto con el Objeto”, e “Historia Metrada por Canción” (en formato individual y grupal).  Hicimos una introducción a la Narración Oral, jugando con “La Osita Tulula”.

TALLER DE TEATRO y ANALISIS DE TEXTO

Iniciamos el año, retomando las escenas de trabajo para la Muestra del año anterior.  Para los nuevos que se incorporaban al taller, primero trabajaron una escena de cuatro textos, a los que hubo posteriormente que escribirle cuatro textos más; y seguimos con “Eugenia” de Marcelo Bertuccio.  Otros trabajaron textos de Javier Daulte.

Se solicitó a quienes querían trabajar en Dirección de escenas o ejercicios, que propusieran el proyecto a realizar de acuerdo al artículo publicado en el blog.  Se presentaron un par de trabajos: “El Oso” de Anton Chejov y “Un Brindis por el Zonzo” de Oneglio Jorge Cardoso.
Antes de las vacaciones de invierno surgió la posibilidad de realizar una presentación con público, que dimos en llamar “Una Tarde de Cuentos” que nos permitió además de la actuación, trabajar sobre la dramaturgia y la dirección.  En el segundo bloque de ejercicios se propuso “Marcha” de Alberto Adellach  y “Las Visitas” de Pablo Palant.  En tanto que para el tercer bloque, se eligió seguir con “Las Visitas”, retomar algunos ejercicios del inicio y algunas escenas de “La Balada Llamarada” de Guillermo Barri.   Se suprimió el cuarto bloque.

Hicimos también: Análisis de Texto, sobre “EN FAMILIA”, de Florencio Sanchez, “LOS BAJOS FONDOS”, de Máximo Gorki, y “RINOCERONTE” de Eugene Ionesco.

Durante el año fuimos al teatro a ver: “DULCE PAJARO DE JUVENTUD” de Tennessee Williams, “ABANDONEMOS TODA ESPERANZA” de adaptación de Alfredo Martin sobre “En Familia” de Florencio Sanchez , “PINTADO POR UN MONO”, de Héctor Trotta y “LOS TRES CHANCHITOS” de Héctor Presa.




sábado, 1 de diciembre de 2018

LAS VISITAS – Work in Progress – En el CGP 13

   

El próximo jueves 6 de diciembre, a las 18,30 horas

presentaremos en el CPG 13, completando la muestra del Taller de Teatro Adultos del Centro Cultural Cortazar, el Work in Progress de

“LAS VISITAS” de Jorge Palant.

La dirección es Cabildo 3067 2do piso

Un work in progress es la presentación de un trabajo que todavía esta en etapa de investigación.  El objetivo de mostrarlo es obtener del público opiniones sobre el material, que permitan medir si se transmiten con éxito las premisas que se han elegido para el montaje del espectáculo y de esa manera poder implementar correcciones antes del estreno. 

Esperamos estrenarlo durante 2019.

Sobre LAS VISITAS

En la sala de espera de un consultorio, dos mujeres, la Señora y su Criada, esperan al especialista de turno.
  
En qué ocupa su tiempo la gente, cuando no tiene nada que hacer?  Cómo vive la vida?  Qué consecuencias traen nuestras elecciones?  Se repiten nuestros aciertos y nuestros errores?, Quien depende de quien?  Ficción o realidad?.

Ocho actrices se alternan para revelar estas incógnitas, que completan una relación a lo largo del tiempo.

Duración, 55 minutos.



LA BODA

También se presentará, como aperitivo "LA BODA", de Adriana Genta, una obra corta, escrita por esta genial autora uruguaya radicada en Argentina y recientemente desaparecida, para que actores en su etapa de estudiantes, comiencen de manera simple y divertida a transitar textos de autor.   

En esta comedia, una hija invita a un pic nic a su madre para darle la noticia de que pronto se casará.  Cómo reaccionará la madre cuando se entere de que el novio es Jesús. 

Duración 15 minutos

La entrada es libre y gratuita.

Los esperamos.


martes, 20 de noviembre de 2018

Fiesta de Cierre Anual del Centro Cultural Cortazar



Este jueves 29 de noviembre, se realizará la fiesta correspondiente al cierre de talleres del Centro Cultural Cortázar en

O Higgins 3050 - Nuñez

a partir de las 19 hs.

Otra vez más, podremos disfrutar de la muestra de los talleres que participan: “Guitarra”, “Canto Popular”, “Repertorio”, “Técnica Vocal y  Canto Grupal”, “Instrumentos de Vientos”, “Salsa” y “Flamenco”, que se desarrollan en el espacio central, mientras que el pasillo que conduce hasta allí, se engalanará con los trabajos del taller de “Fotografía”.  En tanto los talleres de “Video con Dispositivos Móviles” y “Realización Audiovisual”, tendrán un espacio propio, en donde se proyectarán cortos producidos durante el año.

Este año además, contaremos con algunos invitados especiales, el cuarteto “LA TUBATANGO”, la banda de rock “LOS TERRIBLES” y performances de Salsa, Flamenco y Acrobacia, que amenizarán el encuentro.

Nos vemos.

martes, 13 de noviembre de 2018

Se Viene la Muestra



El próximo martes 20 de Noviembre a las 19.00 hs

se llevará a cabo la presentación de los trabajos del Taller de Teatro Adultos del Centro Cultural Julio Cortázar, en nuestra dirección

O`higgins 3050 - Nuñez

Se mostrarán ejercicios de improvisación, creados por los talleristas y escenas de autores. 

La muestra se completa el 6 de Diciembre con la presentación del Work In Progress: “Las Visitas” de Jorge Palant, que se llevará a cabo en el CGP13 – Cabildo 3067 a las 18.30 hs.

Esperamos con gusto que nos puedan acompañar.

martes, 6 de noviembre de 2018

Participaciones - OLGA STELLA



A la pregunta de ¿Cómo te iniciaste en el teatro?  Le siguió un… Te vas a reír.  La mujer de un amigo de mi primo, era hermana de Jorge Mayol que era compañero de trabajo de Alfredo Alcón, ellos compartían giras, y cuando volvía, nos contaba historias que me subyugaban.  Durante esos relatos supe que yo tenía que pertenecer al mundo del teatro.  Empezaban los años 70, y yo me estrenaba en el mundo de los adultos, averigüé y me anoté en la Universidad Popular de Belgrano.  Mi primer maestro fue Roberto Ponte.  Acudí solo un par de años, después seguí estudiando pero con intermitencias, hasta el 76, en que nació mi primera hija, ahí hice un parate. 

Después poco a poco fui volviendo a la actividad, tomaba cursos y daba clases para chicos, participábamos de los torneos bonaerenses.   En esa época nació mi segunda hija, ya ahí no pude parar.  A principios de los ochenta me había cruzado con Marcelo Vernengo, en la Municipalidad de San Martin, él era muy creativo, hicimos varias cosas en escenarios no convencionales, íbamos a geriátricos y hogares, y también pusimos en escena: “El Herrero y el Diablo”, “A la diestra de Dios Padre” y “Gris de ausencia”. 

A mediados de los 90 hice un seminario con Anna Strasberg en el Cervantes, muy intensivo.  No me animé a pasar al escenario, pero quedé impresionada por las devoluciones que les hacía a los que si se animaron.

Nunca creí en la formación convencional, opté por tomar lo que más me interesa de cada uno de los maestros a los que acudí.  Manuel Maccarini, Boris del Rio, Norberto Diaz, German Galeano, Vos, Mosquito Sancineto, Pablo Slavsky….

Hubieron dos cosas que cambiaron mi mirada sobre la actuación, el método de las acciones físicas y el teatro antropológico.

En el 99 hice el seminario “Los Tres Territorios del Teatro” dictado por  Augusto Fernández, Juan Carlos Gene y Raúl Serrano en la Facultad de Derecho de la UBA.


Hervía por hacer teatro, pero no encontraba con quien hacerlo, me sumaba a la formación de grupos pero con ninguno se llegaba al estreno.  Parecía que había más entusiasmo que esfuerzo por concretar el objetivo.  El compromiso de parte de algunos de los participantes se caía y las posibilidades de estar arriba de un escenario se esfumaban.  Me reencontré con vos de casualidad y te conté.  Me dijiste por qué no hacés un monólogo? Y me regalaste un libro de un autor venezolano (Johnny Gavlovski): Los Puentes Rotos.  Me encantó.  Un tiempo después empecé a ensayar con Pablo Slavsky, estuvimos casi un año haciendo laboratorio.  Nunca pudimos dar con el autor para pedirle los derechos.  Con el trabajo de investigación que habíamos hecho, se rehízo la dramaturgia y de ahí salió “Rotas Cadenas”.  Fue mi primer unipersonal.  Un trabajo que me llenó.  Me sentí enriquecida.  Tanto que después no encontraba nada con lo que me sintiera a gusto.  Sentía que nada lo igualaba o lo superaba, como desafío personal, no?  Estuve ocho años alejada del teatro como actriz y como espectadora.

Pero como el diablo siempre mete la cola, si bien estuve momentáneamente retirada, no me deshice de mis contactos de teatro en Facebook.  Un día tuve una conversación – vía messenger – con Roberto Villanueva Cosse, y le conte brevemente esta historia.  El me invitó a ver “Compañero del Alma”.  No nos conocíamos y me dio un poco de vergüenza, le dije que con un dos por uno alcanzaba, y me fui con una amiga.  Salí renovada.  Me encantó el trabajo de Verónica Cosse, se los dije y quedamos en contacto.  El bichito del teatro me había vuelto a picar.


Otro día, también en Facebook, veo una convocatoria que hace Luciana Morcillo (una de las autoras de “Nenina”, junto a Olga Viglieca e Ivan Moschner) para que varias mujeres presentaran un monólogo – así de loco era –  en el FELCO (Festival Latinoamericano de la Clase Obrera).  El tema de la obra atraviesa el caso Romina Tejerina, es un caso conocido sucedido en 2003 en Jujuy, una chica de 19 años da a luz a una bebe y la hiere mortalmente en medio de un brote psicótico. El texto aborda temas muy actuales, como la violación, el aborto, la opresión del sistema, la condena social, etc.

Me contacto y pregunto si iba a ver un casting, me daba curiosidad eso de que varias mujeres hicieran un monologo.  Fui.  Quedé.  La metodología de trabajo me sorprendió.  Todas teníamos el mismo texto, pero cada personaje lo componía cada actriz con su impronta.  Ensayábamos todas juntas, pero pasábamos de a una, el director Ivan Moschner, nos hacía marcaciones generales y particulares.  Después del festival, nos propone seguir, ya que originalmente la propuesta inicial era hasta el festival.  Pasa el verano, y nos re-envía una invitación que le había llegado a él del teatro Belisario, ofreciéndole el espacio en el caso de que tuviera una obra para mostrar.  Como era solo un mes, nos propone hacer una puesta colectiva, pero también se aprovechó para hacerla en cuadrillas, y con esas cuadrillas, hicimos giras.  Después tuvimos todas la opción de hacer el monologo cada una donde consiguiéramos.  Yo personalmente la lleve, a la Universidad de Tres de Febrero, a la Universidad del Comahue en Viedma, en un Encuentro de Mujeres en zona sur, a Capilla del Monte, a La Casa Roja, también la hice en Pasaje Artesón, y la llevo adonde me la pidan.

Proyectos?, seguir haciendo Nenina todo lo que pueda y que me llames para hacer algo con vos.



miércoles, 31 de octubre de 2018

Recomendado - PONGAME EL PONGO LICALDO

Creado inicialmente para la película “La mujer de los perros”, este reggaetón compuesto por Juana Molina – inusual entre la música de la artista – y Odin Schwartz, quedó afuera del film, cuando en la edición final, decidieron quitar la escena. 

Pero como podrán ver, tenían que hacer algo con esto, era una picardía no hacerlo.

La presentación goza de estructura musical compleja, puesta en escena, diseño visual, coreografía, actuación, vestuario, sensualidad  y mucho, mucho humor en tan solo cuatro minutos.  No hay rubro que no satisfaga.


Letra
el duo combo, el duo combo, el duo combo te agranda el pedido
(4 veces)

dedicado a la martita
con todo mi corazón
mi corazón que rompiste

póngame el pongo, licaldo
póngame el pongo, licaldo

con sus ojitos al patrón
con esa falda me lleva a la gloria
con su perreo atronador
con ese swing se me va la memoria

azuquita
¡qué vacilón!
¡duro!

a mi patrón, seca!
a mi patrón, seca!

el dúo combo, el dúo combo, el dúo combo te agranda el pedido
el dúo combo, el dúo combo, el dúo combo te agranda el pedido

póngame el pongo, licaldo
póngame el pongo, licaldo
póngame el pongo, licaldo
póngame el pongo, licaldo, etc

Para ver más trabajos de Juana, pueden ver su sitio en youtube caseritospropios.
Es muy interesante el reportaje realizado por Lalo Mir para canal encuentro para el programa Encuentro en el Estudio

Y para conocer un poco más a Odín, una linda nota de pagina 12 y si lo surfean en la nube, pueden encontrar más canciones suyas y un sitio web.


martes, 16 de octubre de 2018

Efemerides - EUGENE O NEILL - Ciento Treinta Años de su Nacimiento

Eugene Gladstone O´Neill, fue un dramaturgo norteamericano participante del movimiento Realista Americano y  precursor del Expresionismo en los Estados Unidos.

Nacio en New York, el 16 de octubre de 1888 y falleció en Boston el 27 de noviembre de 1953.


Hijo de un actor irlandés: James O´Neill que migró a USA en busca de su destino, fue famoso por interpretar al Conde de Montecristo durante cuarenta años, realizando giras por todo el país, lo que le permitió sostener a toda su familia y armarse de una jubilación nada despreciable.  Por su parte, su madre provenía de una familia rica, pero quedó huérfana muy joven, y la temprana muerte de su segundo hijo a los dos años de edad a causa del sarampión, la hizo adicta a la morfina, lo que redundó en una infancia difícil para Eugene.

Por la profesión de su padre, sus primeros años pasaron entre escenarios, hoteles y trenes debido a las giras, no obstante pasar sus veranos en la finca que poseían en Connecticut.  Pero a los siete años fue internado en un colegio católico, donde comenzó su pasión por la lectura como un modo de escaparse de su soledad.

Aplazado en la Universidad de Princeton, intentó encontrar otra vocación,  probando con  varios empleos, todos muy dispares entre sí: una empresa de venta por correo, como empleado en la compañía de teatro de su padre, en un grupo que se dedicaba a buscar oro, que lo llevo a Honduras – aquí inició una relación con gente del arte y quizás comenzó a escribir – de regreso tuvo un noviazgo con una chica de la alta sociedad, que quedó embarazada, se casó en secreto, incluso contra el consejo de su padre,  y a continuación tomo un trabajo de marinero, que lo llevo a Buenos Aires, donde viviría nueve meses.

En nuestra ciudad, no la pasó bien.  La elección del destino provino del azar, era el barco que más velozmente zarparía del puerto, poniendo distancia con lo que acababa de hacer, no se sentía capaz de enfrentar su reciente matrimonio, de hecho a ese hijo lo acepto recién nueve años después.  Consiguió trabajo en compañías norteamericanas radicadas en el país, pero ni las tareas, ni el salario, lo hacían sentir mejor, solo la vida nocturna porteña lo retuvo un tiempo más.  En esta época no se dedicó a escribir ni hizo relaciones con gente del arte, como si lo había hecho en Honduras, pero sus experiencias en la Argentina se reflejarían más tarde en varias de sus obras.  Sufrió una depresión que lo llevó a la bebida, las adicciones ya estaban presentes y generalizadas en su familia.  Y llegó a vivir en la marginalidad y a participar del plan del robo a un banco, del que luego desistió.  

Regresó a su país y rápidamente se mezcló con los artistas y bohemios del Greenwich Village, entre sus amigos más radicales estaba John Reed, el fundador del Partido Comunista de los Estados Unidos.  Con la esposa de este, la escritora Louise Bryant mantuvo una relación amorosa, que fuera retratada en la película Reds de Warren Beatty, en donde Jack Nicholson, quien lo encarna, construye a su personaje como un hombre serio y anticomunista, lo opuesto de Reed.

Para esa época una compañía de teatro aficionado “Provincetown Players” le estrena varias obras suyas en un acto.  En 1914 publica “Sed”, y estudia dramática en Harvard.

Luego de curarse de tuberculosis, deja su trabajo en el New London Telegraph de Connecticut y se decide a vivir del teatro.  Entre 1920 y 1923 fallecen sus padres y su hermano.  Pero también se estrena en Broadway su primer obra importante “Más allá del Horizonte” que le valió su primer Pulitzer.  Luego vendrían tres más, el último póstumo.

En 1929 se traslado a vivir a Europa y en 1937, un año después de ganar el Premio Nobel de Literatura, se mudó a California donde vivió hasta 1944.  Su casa la “Tao House” es hoy el Museo Eugene O´Neill National Historic Site.

Se casó varias veces, primero con Kathleen Jenkins, con quien tuvo a Eugene Jr. – un experto en letras de la Universidad de Yale, que víctima del alcoholismo se suicidó en 1950, a los cuarenta años.  Luego con Agnes Boulton, con quien tuvo a Oona y Shane.  Oona se casó a los diecisiete años, sin el consentimiento de su padre, lo que produjo una ruptura definitiva de la relación, con Charles Chaplin que tenía cincuenta y cuatro, y con quien tuvo a la actriz Geraldine Chaplin.  Y Shane, se hizo adicto a la heroína y también se suicidó.  Su último matrimonio, con Carlotta Monterey que lo acompañó hasta su muerte, a pesar de sufrir la pareja varias separaciones.

Afectado por el parkinson, sus últimos años complicaron sus posibilidades de escribir, aunque intentó plasmar sus ideas dictándolas, no se sintió cómodo con el método y desistió.
Así y todo su obra es muy basta, autobiográfica y ecléctica. 


Obras
Sed y otras obras en un acto, 1914
Antes del desayuno (Before Breakfast) 1916
Rumbo al Este hacia Cardiff (Bound East for Cardiff), 1916
Aceite (obra en un acto) (Ile), 1917
Luna de los caribes, 1918
El emperador Jones (The Emperor Jones), 1920
Más allá del horizonte (Beyond the Horizon), 1920 – Premio Pulitzer
Anna Christie, 1921 – Premio Pulitzer
El mono peludo (The Hairy Ape), 1922
Distinto, 1922
The Fountain, 1923
Todos los hijos de Dios tienen alas, 1924
Deseo bajo los olmos (Desire Under the Elms), 1924
Lázaro reía (Lazarus Laughed), 1926
El gran dios Brown (The Great God Brown), 1926
Extraño interludio (Strange Interlude), 1927 – Premio Pulitzer
Marco Millions 1928
Dinamo (Dynamo), 1929
A Electra le sienta bien el luto (Mourning Becomes Electra), 1931
Tierras vírgenes (Ah, Wilderness!), 1932
Días sin fin (Days Without End), 1934
Llega el hombre de hielo (The Iceman Cometh), escrita en 1939, estreno en 1946
Largo viaje hacia la noche (Long Day's Journey Into Night), escrita en 1941, estreno en 1956 – Premio Pulitzer post mortem
Una luna para el bastardo (A Moon for the Misbegotten), 1943
Tal día como hoy (A Touch of the Poet), escrita en 1942, estreno en 1958
Más mansiones majestuosas (More Stately Mansions), segundo borrador encontrado entre los papeles de O'Neill, estreno en 1967

Compartimos a continuación un artículo publicado el 5 de agosto de 2001 en el periódico Página 12 por Andrew Graham-Yooll sobre la estancia del autor en Buenos Aries.


Un 10 de agosto de hace noventa y un años, llegó a Buenos Aires Eugene O’Neill, por entonces un ignoto marinero, en fuga de su padre actor y de una dama embarazada con quien se había casado momentos antes de embarcar. Durante sus nueve meses en suelo argentino, el futuro Premio Nobel sería despedido de la Swift, la Westinghouse y la Singer, planearía un asalto que a último momento se arrepentiría de encabezar y, cansado de dormir bajo una chapa en las dársenas del Dock, volvería a Nueva York borracho y tuberculoso, para sentarse a escribir las obras teatrales que lo inmortalizarían. Ésta es la historia de esos funambulescos nueve meses.

Según el cuaderno de bitácora del capitán Gustav Waage, el velero Charles Racine ancló en la rada de Buenos Aires el 4 de agosto de 1910. En su sección marítima del sábado 6 de agosto, el Buenos Aires Herald confirma el arribo: “Bergantín noruego Charles Racine, 1526 toneladas, de Boston, con carga de madera. Agencia Christophersen Hermanos”. El miércoles 10, el mismo diario anunciaba el amarre en el Riachuelo, para descarga. A bordo, como tripulante de cubierta, viajaba Eugene Gladstone O’Neill (1888-1953), futuro dramaturgo y ganador del Premio Nobel en 1937. Ese primer viaje como marinero no sólo le dejó a O’Neill una apetencia por el mar que lo llevaría a coleccionar el resto de su vida modelos de veleros, estadísticas y anécdotas marítimas (a tal punto que en 1946 le diría a un entrevistador: “Lo más hermoso que se ha construido en los Estados Unidos fueron los veleros Clipper”) sino también un material tan sórdido como valioso para sus obras teatrales.

El velero había partido el 6 de junio de Boston, envuelto en una densa niebla. Según Waage, el viaje duró 57 días (O’Neill anotaría en su diario que la experiencia duró 65 días, incluyendo los días de embarcado antes de partir y la demora en la rada antes de entrar a La Boca). Era el segundo viaje de O’Neill en diez meses. El primero había sido a Honduras, donde estallaría una revuelta contra el gobierno cuando ya estaba llegando a Buenos Aires. Ambas partidas habían sido en fuga de Kathleen Jenkins, una muchacha de la clase media alta cuya casta dictaba que había que llegar virgen al matrimonio. Kathleen estaba embarazada de dos meses cuando ocurrió el casamiento con O’Neill, en Nueva Jersey, el 2 de octubre de 1909, a espaldas de los padres de ambos y dos semanas antes de que el futuro dramaturgo cumpliera veintiún años (aunque declaró tener veintidós en el acta matrimonial).

James O’Neill, un actor oriundo de Kilkenny, Irlanda, respetado en los escenarios de Estados Unidos por su legendaria adaptación teatral de El conde de Montecristo (que estuvo ininterrumpidamente en escena durante treinta años, dando a la familia una desahogada posición económica), había recomendado a su hijo la primera fuga a Centroamérica. El actor era apoyo económico de sus dos hijos, y a la vez guía autoritario a quien siempre recurrían. Si bien el joven O’Neill le confesó el embarazo de Kathleen a su padre, antes de partir a Honduras, prefirió ocultarle el casamiento. De hecho, sólo aceptaría conocer a Eugene junior más de diez años después, aun cuando la noticia de su paternidad fue revelada en esos días por un periodista de la farándula, cuando el aspirante a marino estaba en Nueva York, de regreso de Honduras, escondido de las iras de su padre y de su esposa parturienta. Confundido por el revuelo, y aunque para esas fechas ya había intentado sus primeras incursiones literarias, O’Neill se fugó nuevamente del entorno familiar. A bordo del Charles Racine –uno de los últimos veleros que intentaban competir con los vapores–, O’Neill se dedicó a las lecturas marítimas de Joseph Conrad y John Masefield, y elaboró sus primeros poemas inspirados en la vida marítima. El mar y aquella residencia en Buenos Aires que le daría un sinfín de situaciones y personajes definieron en gran medida el viraje del joven O’Neill al universo teatral. Basta citar, por ejemplo, el monólogo del más bien autobiográfico Edmund Tyrone en Viaje de un largo día hacia la noche (1940), obra inspirada en un verano en familia en 1912, recordando vívidamente el ritmo del mar y el vaivén del velero acompañando los vaivenes de su atormentado interior. De Buenos Aires también saldrían varias de las escenas sobre borracheras y abstinencias en otra de sus obras capitales, El hombre de hielo llega (1939). Pero ese O’Neill aún estaba lejos de ser el fabuloso renovador de quien Tennessee Williams diría que “parió el teatro norteamericano y murió por él”.

La única razón de poner proa a Buenos Aires fue por ser el destino final del Charles Racine: no hubo nada significativo en la elección de BuenosAires. Según lo consignado en una excelente biografía, publicada en 1962 y actualizada el año pasado, de Arthur Gelb (ex crítico de teatro del New York Times) y Barbara Gelb (O’Neill: Life with Monte Cristo, Applause, New York, 2000, 760 páginas), “la emoción de vivir” que había experimentado en alta mar no podía continuar en tierra. En Buenos Aires, sin embargo, el joven no se contactó con el mundo de los jóvenes poetas, como en Honduras, sino que se sumergió en el ambiente funambulesco de las recovas del Bajo y agotó rápidamente los sesenta dólares que le había regalado su padre antes de zarpar, única reserva para solventar aquella estadía en el Río de la Plata. Más tarde, O’Neill diría: “Entré en Buenos Aires como un caballero, y terminé como una piltrafa en las dársenas del puerto”.

Luego de alojarse en el Hotel Continental (no el de Diagonal Norte, que se fundó en 1929, sino uno cerca de Plaza Constitución), buscó la calidez de un bar de marineros en el Paseo Colón. Su objetivo era buscar empleo en tierra, pasar unos meses en la ciudad, y luego “recuperar la libertad en alta mar”. Durante el viaje a Buenos Aires, alguien le dijo que había una numerosa comunidad norteamericana que fácilmente le daría trabajo en tierra, cosa que él sospechaba que le permitiría sentar cabeza. Pero pronto se dio cuenta de que un aspirante a poeta y marinero no tenía calificación alguna para conseguir trabajo. Aun así, en el Continental conoció a un ingeniero californiano, Frederick Hettman, que estaba de paso en la ciudad rumbo a Córdoba. Hettman quedó impresionado con O’Neill, más por su filiación con el famoso actor que por méritos propios del joven viajero. Y se ofreció a presentarlo en las oficinas de la recién inaugurada sucursal porteña de la Westinghouse Electric Company, donde O’Neill fue contratado como dibujante (falsedad que rápidamente tuvo que confesar al hacerse evidente que no sabía trazar una línea). Así y todo le dieron un puesto calcando planos, ocupación que logró conservar durante seis semanas.

Cuando renunció, debió irse también del Hotel Continental por no poder pagarlo y terminó instalándose en una pensión de marineros en el Bajo. Poco después consiguió empleo en el galpón de lanas en Dock Sud de la Swift Meat Packing Company. Pero el depósito se incendió al poco tiempo, ahorrándole a O’Neill el trabajo de renunciar a su puesto. Su pequeño sueldo se consumía en los boliches y burdeles de Paseo Colón. Su preferido era una pocilga llamada Sailor’s Opera, cerca de Parque Lezama. La biografía de los Gelb registra el recuerdo afectuoso que O’Neill retuvo de ese lugar: “Era un loquero, pero siempre había algún programa para los habitués. Todo el que se hallaba en el salón aportaba alguna actuación... Algún viejo lobo de mar contaba un cuento, otro bailaba... Había acaloradas discusiones entre marineros yanquis y europeos acerca de la calidad de sus barcos. Y si alguna noche no prometía otro entretenimiento, siempre se podía iniciar una buena pelea para pasar el rato”.

Los bajos fondos de Buenos Aires hacían que los andurriales de Nueva York parecieran una fiesta parroquial, según O’Neill. “Marineros borrachos, burreros empedernidos, funcionarios desclasados del servicio diplomático, mujeres que ofrecían y homosexuales que pedían, además de esos jovenzuelos que entregaban por las mesas tarjetas rosadas y amarillas que ofrecían paraísos en rojo... Y siempre, como ruido de fondo, alguna melodía producida a martillazos por un pianista, el único sobrio.” Otro de los destinos predilectos de O’Neill eran las salas de cine pornográfico en Barracas. Sus amigos en Nueva York se sorprenderían por el florido relato del joven bien educado que jamás pronunciaba una palabrota. “Esos cines no dejaban nada librado a la imaginación. Toda forma de perversidad se exhibía en la pantalla y a los marineros les deleitaba. Pero, salvo las excepciones de siempre, no eran hombres violentos. Por lo general eran honestos, corajudos sin heroísmo, y sólo trataban de pasar un buen rato entre borrachera y borrachera.” En el Sailor’s Opera de Paseo Colón, O’Neill se hizo de un amigo, un joven inglés que pasaría a ser el personaje Smitty en tres futuras obras de teatro. En Rumbo a Cardiff (1914), La luna del Caribe (1917) e In the Zone (1917), Smitty es un marinero en cambiantes etapas de miseria emocional. En la realidad, era un joven de 25 años, hijo de un noble inglés con una educación de primera, pero su alcoholismo había terminado con su noviazgo con una chica inglesa de buena familia. “Era casi demasiado bello, como la descripción de Dorian Gray que hace Oscar Wilde. Bebía para consolarse. Y, entre borracheras, bebía para recuperarse”, recordaría O’Neill, que para entonces, ya en las vísperas de su cumpleaños número 22, también vivía borracho constantemente. Con lo que les quedaba de dinero a ambos, decidieron compartir una pieza en otra pensión del Bajo. A pesar del estado calamitoso en que se hallaba, O’Neill encontró otro trabajo, a dos dólares por día, en la Singer Sewing Machine Company, que para entonces fabricaba 575 modelos de máquinas (aunque, según el propio O’Neill, jamás aprendió a identificar más de diez y por esa razón fue despedido al poco tiempo, cosa que lo hizo sentir como “un colegial fugado y sin lugar adonde ir”).

Con los bolsillos vacíos y ninguna esperanza laboral en el horizonte, dormía al reparo de algún depósito en las dársenas. Las dos semanas que trabajó como estibador en el vapor alemán Timandra serían tan vívidas que la embarcación ingresaría en su obra El largo regreso a casa (1917).  De esa período final en Buenos Aires, O’Neill luego diría que “no había banco de plaza en toda la ciudad sobre el que no durmiera alguna vez”. Aparte del hambre continuo y la necesidad de hallar dinero suficiente para bebida, O’Neill también estaba en fuga constante de los “sádicos vigilantes” que buscaban extorsionar a marineros sin papeles.  La fuga constante lo llevó a improvisar diversos escondrijos en el puerto, durmiendo bajo cobertizos de chapas, colchones y frazadas sacadas de la basura.  Allí encontró el apoyo y la solidaridad de marineros anarquistas, cuyo discurso repetía sólo para lograr compartir su comida.  Compartió un techo de chapa con una adolescente flaca y hambrienta (de la que el libro de los Gelb no consigna más información) y su principal fuente de alimento pasó a ser la cantina de los barcos, desde donde un tripulante tiraba restos a los hambrientos en tierra. Los personajes más autodestructivos de Extraño interludio (1927) y A Electra le sienta bien el luto (1931) se basan, según los Gelb, en personas conocidas por O’Neill en esos tiempos en Buenos Aires.

De hecho, el futuro Premio Nobel recordaba aquellos meses como un descenso al infierno. En un momento hasta consideró participar de un asalto a una agencia de cambio, pero se disuadió a sí mismo reconociendo que no tenía el coraje. Un cronista del Buenos Aires Herald, Charles Ashleigh, que también escribía poesía, recordaría luego que halló a O’Neill insoportablemente morboso, “excepto cuando hablaba de Joseph Conrad o de la poesía de John Keats”.  El ingeniero Hettman quedó tan impresionado por el derrumbe de su joven amigo que fue hasta una pensión donde O’Neill era conocido y pagó varios meses de alquiler por adelantado.  Pero cuando Hettman volvió poco después de Córdoba, su compatriota ya no estaba.  Ante el desolado panorama de la vida en tierra, O’Neill había decidido embarcarse nuevamente. Años después, en apuntes autobiográficos, recordaría haberse sumado a la tripulación de un vapor que llevaba ganado y mulas a Durban.  Pero, al llegar a Sudáfrica, las autoridades coloniales británicas no lo dejaron bajar a tierra porque no reunía los cien dólares necesarios para ingresar al país.

De regreso en Buenos Aires, O’Neill reconoció que era hora de retornar a casa. Cargaba en su cuerpo con un comienzo de tuberculosis que le llevaría varios años superar. Dejó la ciudad en el vapor Ikala, un carguero construido en Glasgow sin más rumbo que el destino incierto de sus cargas. La nave había arribado el 22 de febrero a Buenos Aires, donde la representaba la agencia J.R. Williams. El 21 de marzo de 1911, a nueve meses de su partida de Boston, O’Neill subió por la planchada del Ikala, y se sumó a la tripulación de treinta ingleses y escandinavos. El sueldo de tripulante era de 27,50 dólares por mes.

Semblanzas de ese viaje aparecerían en cuatro de sus futuras obras, entre 1913 y 1917. El Ikala llegó a Nueva York el 15 de abril. Allí, O’Neill se reunió con sus padres, contratados para actuar en un teatro local. Su primer objetivo fue emborracharse, y con un grupo de sus compañeros de cubierta se dirigió a un boliche infernal conocido como Jimmy The Priest, demolido en 1966 para dar lugar al World Trade Center. Los parroquianos perennes del bar, que se autotitulaba “hotel” por alquilar habitaciones por hora en el primer piso, tendrían un lugar prominente en futuras obras. Al joven viajero le costó reinstalarse con sus padres, cuya agitada vida en las tablas decidió que jamás seguiría. Al hijo que había dejado recién nacido en esa ciudad lo vería por primera vez diez largos años después. El 22 de julio de 1911, O’Neill volvió a embarcarse, en el carguero New York, esta vez rumbo al país de sus padres, Irlanda. De ahí pasó a Liverpool y Southampton. Fue su último viaje como tripulante. El 26 de agosto de 1911 la nave atracó en el puerto de Nueva York. La paga que recibió O’Neill luego de los descuentos (léase gastos de bar) fue de 14,84 dólares. En 1913 empezaría a cambiar su suerte, con la publicación de tres obras en un acto (A Wife for A Life, The Web y Thirst, la primera basada en su enamoramiento de la esposa de un conocido). Pero sus personajes más potentes, entre ellos muchos que había conocido en Buenos Aires, aún deberían esperar unos años para verse inmortalizados en el escenario.



sábado, 6 de octubre de 2018

EJERCICIO - Historia Metrada Por Canción -


Para aquellos que todavía no se hayan inspirado para el ejercicio de “Historia Metrada Por Canción”, les comparto algunos interesantes cortometrajes que les pueden ayudar.

Podrán ver que los temas, son los mismos de siempre, la obsesión, la muerte, la trascendencia, los propios fantasmas, la competencia, la curiosidad, etc.

Tengan en cuenta que el personaje puede ser una persona pero también puede ser un objeto o un animal, etc.  Y pueden convivir personajes de la misma especie en todo el ejercicio.

Dos cosas importantes, una clara rutina, permite determinar al personaje y su contexto, y también es crucial que en algún momento atraviesen algún conflicto, no es necesario que este se potencie al extremo, pero será bienvenido si su historia lo logra.  Sean claros con el final.

Recuerden que el ejercicio se trata de armar una historia, con la menor utilización de diálogos posibles, que debe ser contada en el tiempo que dura la canción.  

La función de la música en este caso es la de crear un clima, establecer un ritmo tanto para el conjunto como para los personajes en particular (esto se da usualmente a través de los arreglos musicales), y organizar el desarrollo del guión, pudiendo establecerse acciones en simultáneo con la partitura musical.

Vamos a los ejemplos.

The Last Knit

Dirigido por Laura Neuvonen  
Producido en Finlandia en 2005


Zing

Puesta en Escena: Cynthia Collins y Kyra Buschor
Música original Maryna Aksenov
Sonorización: Namralata Strack
Animación Ferdinand Engländer, linus Stetter, Julia Reck, Conrad Tambour y Ogi Schneider
Productor: Christian Cramer Clausbruch y Philipp Wolf
Voces: Anselm Roser y Katharina dietschmann
Producción Filmakademie Baden-Württemberg GmbH


Heart Touch

(sin información)


The Albatross 

Un film de Alex Karonis, Alex Jeremy y Joel Best 
Producido por UTS University of Technology, Sydney


Eggs  

Producido por 
La plataforma para crear y compartir instrucciones tridimensionales
https://jig.space


Alma

Escrita y dirigida por Rodrigo Blaas
Producida por Cecile Hokes y Nina Rowan
Musica de Mastretta
Director de Arte Alfonso Blaas


Por otro lado ustedes cuentan con la batería de Dispositivos Dramatúrgicos, que tambien son una ayuda para la creación.

A trabajar!



sábado, 8 de septiembre de 2018

SALIDAS al Teatro - LOS TRES CHANCHITOS - Sabado 15 de Septiembre 17.30 hs


Estamos organizando para el Sábado 15 de septiembre de 2018 nuestra cuarta salida del año al Teatro.

Esta vez iremos al Teatro de La Galera ubicado en Humboldt 1591, entre Cabrera y Gorriti, para ver una versión libre del famoso cuento para niños, escrita y dirigida por Héctor Presa:

LOS TRES CHANCHITOS


Con Música de Diego Lozano, Coreografía de Mecha Fernández, Vestuario de Lali Lastra, Máscaras y Utilería de Lelia Bamondi, Escenografía de Hector Presa y Claudio Provenzano y Asistencia de Dirección de Ramiro Bianchi.

Nuestra versión del clásico cuento comienza con los tres chanchitos viviendo juntos hasta que un día el más trabajador cansado de la haraganería y desidia de sus hermanos decide irse a vivir solo. Esta situación hace que cada uno tome su rumbo y construya una casa donde vivir. Las casas reflejarán la personalidad de cada uno y Beto el mayor, y más responsable de los tres, deberá socorrer a sus hermanos cuando el Lobo Feroz aparezca.

Es importante resaltar que las acciones que cada uno realiza siempre traen consecuencias. A veces buenas, a veces malas. Hay que ser responsable de lo que cada uno decide y hacerse cargo de lo que puede pasar después. También la obra hace hincapié en el valor del perdón y de la reflexión a tiempo.

Recomendada para nivel inicial y primer ciclo
Duración 50 minutos.  Inicio puntual.

El Grupo La Galera Encantada se encuentra cumpliendo 40 años de labor ininterrumpida en el teatro para niños.  Creada inicialmente por Héctor Presa y Dora Sterman, supo estrenar durante este tiempo más de 140 obras, recorriendo los teatros del país y del mundo, así como recibiendo premios, además su director fue nombrado por la Ciudad de Buenos Aries, “Personalidad Destacada de la Cultura” en 2014.

RESERVA DE ENTRADA

La Galera no toma reserva de entradas, así que tendremos que ir temprano para adquirirlas directamente.  Su valor es de 240 pesos.  Si adquieren las entradas en cartelera, hay que abonar 25 pesos por entrada.  Seguramente tengan otros beneficios, como club La Nación, etc.  Esto lo deberían confirmar directamente con el teatro, su número telefónico es 4771.9295.


domingo, 26 de agosto de 2018

Lindsay Kemp


Recientemente fallecido Lindsay Kemp, a sus ochenta años, continuaba siendo un referente del teatro danza y la performance internacional.  Formado como actor, director, mimo, bailarín y coreógrafo, fue también un gran maestro y fuente de inspiración para otros famosos, como los cantantes David Bowie y Kate Bush, que además fueron alumnos suyos.

Su espectáculo Flowers, un tributo dedicado a Jean Genet y creado para su propia compañía, llamó la atención del mundo artístico en el Festival de Edimburgo en 1968.  Cinco años antes  había realizado el papel de la Reina para una puesta de Hamlet producida por la BBC, protagonizada por Christopher Plummer para conmemorar el cuarto siglo del nacimiento de Shakespeare.

Nacido en Cheshire, Inglaterra, el 3 de mayo de 1938, su padre de profesión marinero, se perdió en el mar en 1940, por lo que se crió con su madre hasta los ocho años, edad a la que entro pupilo en el Barwood College.  Más tarde la familia se mudó a Yorkshire entonces asistió a la escuela de artes Bradford Art College, y luego estudió danza con Hilde Holger y pantomima con el francés Marcel Marceau, en Londres.

A fines de los años setenta, se muda a España y el nuevo siglo lo encuentra viviendo en Italia, lugar donde encontraría la paz en Livorno este viernes 24.


Sus puestas en escena, se distinguían por la perfecta precisión de los movimientos, sus cuadros  maravillosamente iluminados, abrevaban en los recursos del teatro oriental y en imágenes del medioevo y la época isabelina, logrando una poética propia, de inmensa belleza.

Viajó a Buenos Aires, en los años noventa, trayendo su “Sueño de una noche de verano”, representado en el Teatro Coliseo.  Entre sus bailarines, uno no vidente, pasaba completamente desapercibido a los ojos del público.

Compartimos un reportaje que le hiciera Rita Rocca para TG2 STORIE, titulado el "Il sogno, la danza",  con motivo del inminente estreno de una versión de la Flauta Mágica, en 2016.  Se encuentra en italiano pero es de fácil comprensión.


Sus actuaciones teatrales incluyen, entre otras:

Pierrot in turquoise                                                      
Flowers
Salomé​                                                                              
Mr Punch's Pantomime                                                             
A Midsummer Night’s Dream (El sueño de una noche de verano)​
Duende                                                                                            
Nijinskij​
Alice,                                                                                  
Cenerentola (Cinderella),​
Facade                                                                               
The Big Parade​
Onnagata                                                                         
Varieté                                                                              
Dream dances

para el Ballet Rambert coreografeo: ​
Parades Gone By, Cruel garden.​ y Sogno di Nijinscky or Nijinscky il matto (‘el sueño de Nijinski o Nijinski el loco’)
Y en cine participó en 

1970: The Vampire Lovers, como Jester.​
1972: Savage Messiah, como Angus Corky.
1973: The Wicker Man,​ como Alder MacGregor.
1974: The Stud, como Topstar.​
1976: Sebastiane,​ como bailarín.
1977: Jubilee, como actor de cabaré.
1977: Valentino, como Mortician.​
1985: A Midsummer Night's Dream for TV,​ como Puck.
1987: Cartoline italiane (‘postales italianas’).​
1993: The Line, the Cross & the Curve,​ como guía.
1998: Velvet Goldmine, como dama de pantomima.
2005 y 2006: apariciones como invitado en el programa televisivo de espectáculos La mandrágora (Madrid).

También organizó los conciertos de David Bowie en el Rainbow Theatre de Londres en 1972.

Publico Alessandro Gassmann en su Twitter: 
"Cuando un artista como Lindsay Kemp muere, desaparece un monumento de emociones, un creador valiente y revolucionario".

Fuente
Wikipedia/Lindsay Kemp