lunes, 29 de diciembre de 2014

Gacetilla de Prensa - FESTIVAL DE TEATRO PARA NIÑOS DE NECOCHEA - 2015

El Festival de Teatro para Niños de Necochea se prepara para inaugurar su edición número 54.
 


 
El tradicional encuentro que se practica todos los años,  durante las primeras semanas de enero y reúne a teatristas de todas las disciplinas como también a músicos, artistas visuales y plásticos invita gratuitamente a los espectadores de todas las edades, entre las 18 y 24 horas, al anfiteatro del parque Miguel Lillo y a sus teatros descentralizados en todo el distrito.   
 
Se realiza desde 1962 - en el que Leda Valladares y Maria Elena Walsh estrenaron Canciones para Mirar – por la iniciativa de la Junta Vecinal Playas Necochea, con interés de realizar promoción turística y actualmente es el segundo festival en vigencia, más antiguo del país, después del Festival de Cosquín. 
 
A lo largo de todos estos años, sufrió embates y vicisitudes, y atravesó todo tipo de gobiernos, lo que no le impidió perder continuidad pero lo llevó a tener distintos formatos, sin dejar de ofrecer un lugar de intercambio entre creadores y de esparcimiento tanto para el público local, como para el que está disfrutando de sus vacaciones. 
 
Los denominadores comunes son su mascota la elefanta Mara, el desfile de carrozas, los narradores de cuentos, las obras de teatro de actores, títeres, payasos, danza y conjuntos musicales, nacionales e internacionales.   Y desde hace poco la televisión y la radio.
 
 
 
Este año se presenta una versión reducida en tiempo, de solo cuatro intensos días, del 8 al 11 de enero, con una fuerte presencia del Ministerio de Educación de la Nación, su canal televisivo infantil Pakapaka, el Instituto Nacional del Teatro y  Educ.ar:
 
 
 
La programación prevista es la siguiente:
 
En el Escenario Azul, se presentará Pedrito del Litoral, un musical de Rosario (Santa Fe); y  el show de títeres de la Ciudad de Buenos Aires, Galileo y Azucena, entre otros.
 
En el Escenario Violeta se presentarán El corazón, la niña y la botella, un espectáculo de teatro y circo de Paraná (Entre Ríos); Fedro y el Dragón, un show de títeres de Salta; e Iara, una puesta del Grupo Cia Lumiato, de Teatro de Sombras de Brasil. 
 
En el Escenario Rosa sonará La asombrosa banda de Zamba, una propuesta musical de la señal infantil Pakapaka; y el grupo porteño Otra vez sopa, mezclará cocina y música para todas las edades. 
 
En el Escenario Turquesa se desplegarán los espectáculos Lala y el toque, Caleidoscopio, y Matías Sem, entre otros. 
 
En el Ruedo de circo se podrán disfrutar los números de El circo de Abelardo, por artistas de Necochea; Circo al paso -con malabarismo, monociclismo y equilibrismo-; y el show de mimos de Chile y Argentina, Próxima Parada. 
 
Por último, en el Anfiteatro del sector amarillo actuarán la compañía de clowns La Pipetuá, los grupos Marabunta Teatro y La gorda Azul; y el dúo Los Cazurros presentará El túnel del juego. 
 
Los actores Sol Canesa y Emiliano Larea, conductores de Pakapaka, oficiarán de anfitriones y presentadores de las diversas propuestas durante el Festival, además la señal televisiva infantil del Ministerio de Educación de la Nación tendrá un móvil para transmitir desde Necochea a todo el país. 
 
Para tener más detalles de la programación y la ubicación pueden visitar la página
 
www.necochea.gov.ar/festival

 

domingo, 14 de diciembre de 2014

Participaciones - HALASIUS BRADFORD

Halasius Bradford, participó durante 1997 del Taller de Entrenamiento Teatral, en el Circuito Cultural Palermo Chacarita, hoy Centro Cultural Tato Bores.


Formado incialmente como músico, se acerca al taller para incorporar habilidades para sus performances.
Viajero incansable hoy radicado en la Repùblica de Chile se dedica a la actuación, la música, las letras y la filosofía. 
Compartimos un pequeño tráiler de sus trabajos como actor
y uno de sus temas musicales en video.
En su página web encontrarán mas información:

sábado, 13 de diciembre de 2014

Efemerides - VASILI KANDINSKY - Setenta años de su Fallecimiento


Se cumplen hoy los 70 años de la muerte de Vasili Vasílievich Kandinski. Nacido en Moscú el 16 de diciembre de 1866, en el seno de una familia cristiana ortodoxa de la alta sociedad, pasó su infancia en su ciudad natal y Odesa en donde tomo clases de dibujo y pintura, piano y violoncello.  Se graduó en Economía y Derecho y realizo estudios en Etnografía los que le permitieron formar parte de un grupo que en 1889 realiza un viaje a Vólogda, al norte de Moscú.  Sus experiencias se recogen en “Mirada Retrospectiva”, dice el autor “las casas e iglesias fueron decoradas con colores tan brillantes que al entrar en ellas, sentía moverme dentro de una pintura”. Esto y su estudio sobre el arte popular de la región, en particular el uso de colores brillantes sobre fondo oscuro, se manifiestan en sus primeros trabajos. 
 
En 1895 luego de ver una exposición de impresionistas que incluía obras de Monet y de asistir a la representación de Lohengrin de Richard Wagner en el teatro Bolshoi, decide dedicarse íntegramente al arte.  Para eso, se traslada a Munich e inicia su formación con  Anton Azbe, tras ser rechazado inicialmente en la Academia de Arte de Munich que recién lo recibirá más tarde en 1900.  
 
https://picasaweb.google.com/100613672700557957852/VasiliKandinskyAbstractoExpresionismoFauvismoPintoresRusosPostimpresionismoVanguardias#slideshow/5953290431891718338
 
Al año siguiente, con la intención de introducir las vanguardias francesas (fauvismo) en el sur de Alemania, funda el grupo Phalanx.  Sus primeros trabajos son paisajes cuya combinación de colores logran una alta intensidad.  También abreva en temas fantásticos basados en las tradiciones rusas o en la edad media alemana, y experimenta técnicas que parecen borrar la distinción entre forma y figura ingresando en la composición abstracta.   
 
A partir de ahí, inicia un largo recorrido por ciudades y países, desarrollando diferentes experiencias, en el marco de una sociedad cambiante, revolucionada y por períodos en guerra.  Expone sus primeras xilografías en Berlín.  Viaja por Africa, Italia, Países Bajos y Rusia.  Expone en París.   Es elegido en 1909 presidente de la Nueva Asociación de Artistas de Munich (NKVM).  En las pinturas de Kandinsky se evidencian una gran tendencia a la plenitud por la equivalencia en intensidad de las áreas de color y la superficie reluciente que destruye toda ilusión de profundidad.  Referencias espaciales como la línea del horizonte, van desapareciendo gradualmente como se puede ver en la serie de “Jinetes de Combate”  
 
En 1911, Vasili Kandinski y Franz Marc y otros artistas, fundaron en Múnich un movimiento expresionistas Der Blaue Reiter (El Jinete Azul) el cual transformó el expresionismo alemán.  
 
Influenciado por Helena Blavatsky, la mayor exponente de la teoría teosófica, que postula que la creación es una progresión geométrica a partir de un solo punto, y que la verdad fundamental subyace detrás de las doctrinas y rituales en todas las religiones del mundo; por ende, la creencia en una realidad esencial oculta tras las apariencias, proporciona una obvia racionalidad al arte abstracto.  Y por Wilhelm Worringer autor de "Abstracción y empatía" quien argumenta que la jerarquía de valores al uso, basada en las leyes del Renacimiento, no es válida para considerar el arte de otras culturas; muchos artistas crean desde la realidad pero con un impulso abstracto, que hace que las últimas tendencias del arte se den en sociedades menos materialistas.  
 
En 1912 publicó “De lo Espiritual en el Arte”, donde critica a las instituciones académicas tradicionalistas y la idea de arte en general. Es el primer libro que describe la fundación teórica del movimiento abstracto y habla de una nueva época de gran espiritualidad y de la contribución de la pintura a ella. El arte nuevo debe basarse en un lenguaje de color y Kandinsky da las pautas sobre las propiedades emocionales de cada tono y de cada color, a diferencia de teorías sobre el color más antiguas, él no se interesa por el espectro sino sólo en la respuesta del alma.  
 
Al estallar la primera guerra mundial, se refugia en Suiza, al finalizar esta, vuelve a Rusia, donde más tarde lo encuentra la Revolución.  Participa de la reforma del sistema educativo para las escuelas de arte.  Fue fundador del Instituto de Cultura Artística de Moscú pero su corriente entró en conflicto con la de los Constructivistas quienes estaban mejor apoyados por el Plan de Propaganda Monumental de las autoridades de la Revolución, lo que lo llevó a volverse a Alemania, donde se sumó a la Bauhaus, invitado por su fundador el arquitecto Walter Gropius.  Es en ese marco que publica su segundo libro teórico, “Punto y línea sobre el plano”, (1926) una contribución al análisis de los elementos pictóricos. Es una continuación orgánica de su trabajo anterior De lo espiritual en el arte, nombrado más arriba.   
 
En 1931 los nacionalsocialistas iniciaron una campaña a gran escala contra la Bauhaus que la llevó a su cierre al año siguiente.  Emigra a Francia en donde realiza una gran producción de cuadros, entre óleos y acuarelas, pero muchos de ellos se perdieron después de que los nazis declararon degeneradas sus pinturas.  Otros fueron adquiridos por Solomon Guggenheim, que fue uno de sus admiradores más entusiastas.   
 
A lo largo de su vida, tuvo varios matrimonios y murió en Neuilly-sur-Seine (area metropolitana de París) el 13 de diciembre de 1944.   
 
 
 
Un artista auténtico parte de la creación como "una necesidad interna" que habita en la punta de una pirámide de movimiento ascendente. Esta pirámide representa un progreso en el tiempo. Lo que ayer era raro o inconcebible es algo común hoy en día, lo que es de vanguardia hoy en día (y entendido sólo por unos pocos) será mañana conocimiento común. El artista moderno-profeta está solo en la cúspide de la pirámide, haciendo nuevos descubrimientos y marcando el comienzo de la realidad de mañana. Kandinsky estaba al tanto de los últimos desarrollos científicos y los avances de los artistas modernos que habían contribuido a radicalmente nuevas formas de ver y experimentar el mundo.  
 
…en sus obras, Kandinsky pone al espectador en la situación de experimentar los mitos épicos, traduciéndolas a términos contemporáneos con un sentido de desesperación, ráfaga, urgencia y confusión…  
 
En relación al “Jinete Azul”, la disyunción intencional, producida por la forma y el color, invita a los espectadores a participar en la creación de la obra de arte, a partir de lo que creen que ven.  Esto se convirtió en una técnica consciente utilizada en las obras abstractas del período 1911-1914.   
 
El análisis sobre las formas y los colores de Kandinsky resulta, no de simples y arbitrarias asociaciones con ideas, sino de la experiencia interior del pintor. Pasó años creando pinturas abstractas, sensorialmente ricas, trabajando con formas y colores sin descanso, observando sus pinturas y las de otros artistas, teniendo en cuenta sus efectos sobre su sentido del color. Esta experiencia subjetiva es algo que el filósofo francés Michel Henry llama "subjetividad absoluta" o la "absoluta vida fenomenológica ".

fuentes:
Wikipedia,

domingo, 7 de diciembre de 2014

Muestra de los Talleres Formación y Avanzados

Finalmente, el taller de Teatro Inicial se sumo al trabajo de muestra del Taller de Formación.   Realizaron su presentación el 26 de noviembre pasado, la muestra consistió en la exposición de distintos ejercicios realizados durante el año bajo un formato de obra de teatro basada en el material de Elsa Borneman, LISA DE LOS PARAGUAS.
 
El taller de Escenografía colaboró en el armado de la sala, la construcción de objetos que utilizaron los actores y también de los decorados.
 
 
http://teatroadultoscccproclis.blogspot.com.ar/2014/11/muestra.html
 
 
Agradecemos a Karina y Fernando por compartir con nosotros el video de la muestra, y los invitamos a verla haciendo clic en el dibujo.
 
Y a Liliana por las fotos del backstage, (hacer clic en la foto para ver la presentación de las fotografias) y a Elena por las de la obra.

https://www.youtube.com/watch?v=DhbrfUefoNQ
 
 
Anteriormente el 19 de noviembre el Taller de Avanzados, puso en escena una versión libre de LAS MANOS QUE CRECEN, de Julio Cortázar.  La narración realizada es también el producto de los distintos trabajos que se realizaron durante el año para transformar un producto literario en teatral.
También agradecemos a Karina y Fernando por el registro visual, que se puede ver haciendo clic en el dibujo. 

Y al taller de Escenografía por la realización de las manos! 

En la solapa incubadora podrán apreciar una bitácora del proyecto.

Y haciendo clic aquí una presentación de fotografías.
 
http://teatroadultoscccprocmqc.blogspot.com.ar/2014/11/muestra.html


Felices por el trabajo desarrollado nos despedimos...
Hasta el año que viene!

jueves, 20 de noviembre de 2014

Gacetilla de Prensa - CINEMATOGRAPHE ZANNI - Proyeccion de Cortometrajes

Con entrada libre y gratuita, este sábado 22 de noviembre a las 16.30 hs, puntuales en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, ubicada en Agüero 2502 CABA se llevara a cabo la proyección de cortometrajes del cineasta Sebastian Zanni y su productora Vision Ferpecta.
 
 
 
El evento que lleva por nombre Cinematographe Zanni, promete la proyección de tres cortometrajes:
 
EL ESPEJISMO,
 
WIN y
 
SIGA A ESE AUTO. 
 
 
Y el estreno del cuarto que lleva por nombre EL PODER DE LA BELLEZA, recientemente filmado en Buenos Aires cuya protagonista es la actriz española Yaldana Bellver.
   
Se ha pensado en musicalizarlos en vivo, con la intención de lograr una conexión sensorial directa entre música e imágenes proyectadas en la pantalla, recreando el lenguaje musical y los efectos sonoros propios del arte cinematográfico, por lo que también participa Matias Nuñez quien dirige un quinteto de cámara.
 
Habrá también cata de vinos a cargo del sommelier  Miguel Sayago (Vinosfera) 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Espacio e Ideología en el Teatro para Niños,

 
POR NORA LIA SORMANI PARA LA REVISTA DEL CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACION 
 
 
Transcribimos a continuación un brillante artículo sobre el uso del espacio en el teatro para niños, si bien la autora explicita que no pretende tomar un juicio de valor sobre los usos, queda claro que  nosotros sí, seguiremos defendiendo la postura Midoniana.  
 
Sormani, Nora Lía. "Espacio e ideología en el teatro para niños".
La revista del CCC.
Enero / Abril 2008, n° 2. 
Disponible en Internet:
 
ISSN 1851-3263.

 
A pesar de su carácter efímero, el teatro para niños no pasa sin dejar huella y es una disciplina de aportes invalorables, porque de una forma inmediata y amena conecta al niño con el mundo del arte y le abre las puertas de la sensibilidad estética, de la reflexión, de la capacidad de emocionarse, reírse y llorar y de comprender diferentes visiones de la vida y del mundo. Tiene con respecto al “teatro para adultos” rasgos de comunidad y de diferencia. Es decir, comparte con el teatro para adultos muchos elementos y, a la vez, tiene ciertas reglas y códigos de funcionamiento que le son propios. Uno de estos rasgos específicos es la manera en que el teatro infantil plantea los espacios del espectador niño.
Tal como lo expresa Patrice Pavis en sus estudios de semiótica1, la noción de espacio se aplica en el teatro a aspectos muy diversos del texto y de la representación. El espacio dramático es el espacio abstracto al que se refiere el texto y que el espectador debe construir con su imaginación. El espacio escénico, en cambio, es el espacio real donde se mueven los actores, ya sea un escenario, un área dentro de una sala, u otro recorte espacial no convencional. Al concepto de espacio escenográfico corresponde el lugar en el que se sitúa el público y los actores durante la representación (el edificio teatral, la calle, la plaza, etc.), suma del espacio del público y del espacio de los actores
 
¿Cómo funciona esta distribución de los espacios en el teatro para niños? ¿Existen los mismos espacios o éstos aparecen desdelimitados? ¿Varían estos espacios según el circuito al que la obra pertenece? ¿Surge de la propuesta estética del teatrista? ¿Se genera espontáneamente a partir de la conducta del niño como espectador? Estos son algunos de los interrogantes que involucran esta problemática. 
 
Tradicionalmente, el teatro para niños trabajó con un modelo esquemático de representación en el cual el público infantil debía participar activamente en diversas circunstancias. Primero: mediante el acompañamiento de la música del espectáculo con palmas, zapateo, gritos o abucheos. Segundo: a través de la respuesta a interrogantes planteados desde el escenario: desde el famoso: “¿Cómo están, chicos?, “¡Más fuerte!”-; pasando por la intervención del espectador en la trama: “No encuentro a mi mamá”, dice un personaje. “¿La vieron pasar?” o “Me persigue el lobo”, dice otro personaje. “¿Me avisan si viene?”. Tercero: mediante la intervención física en el escenario, ya sea para participar de un juego, tomar el rol de un personaje o bailar con los actores en la escena final. En este tipo de teatro tradicional se busca la caída del espacio de veda o reserva (en términos de Gastón Breyer2), la unificación de los espacios dramático, escénico y escenográfico (según Pavis), con vistas a transformar la expectación en participación. De acuerdo con este modelo, el niño no expecta, sino que juega activamente y es él mismo parte del espectáculo, cuyos artistas adquieren simultáneamente el rol de animadores. 
 
Los teatristas que trabajan de esta manera parten de una observación pragmática: al niño hay que entretenerlo a toda costa para que no se convierta en un saboteador del espectáculo. Hay que ofrecerle un alto nivel de participación porque es comprobable que los chicos más pequeños no perciben el salto ontológico que implica el pasaje del orden de lo real al orden poético, y en tanto aún no han interiorizado la convención expectatorial y por lo tanto creen estar en convivio (en términos de Jorge Dubatti3) con las criaturas de ficción, no “saben” todavía ser espectadores y requieren que se los estimule y entretenga de otra manera. El teatro adquiere así el estatuto de sucedáneo de la fiesta infantil. 
 
Tomemos un ejemplo frecuente en los espectáculos callejeros de títeres de retablo. Los muñecos estimulan el borramiento de los límites de los espacios. Desde el retablo, el personaje ofrece una visión del espacio del público: el rey (no el titiritero) dice: “Cuántos chicos que hay hoy” o “Acérquense más que hay lugar por aquí adelante”. El personaje derrumba toda posibilidad de ilusión de cuarta pared y contamina el espacio público anulando toda diferencia. De esta manera, desde la perspectiva del adulto, el espacio dramático se amplía; desde la mirada del niño, no hay espacio dramático sino campo de juego y convivio
 
Si bien este modelo tradicional de tratamiento del espacio sigue muy vigente en cientos de prácticas de la escena infantil, desde hace ya mucho tiempo se ha afianzado una actitud de rechazo a la modalidad del teatro-participación y del actor-animador presente en general en los espectáculos que integran la modernización de este lenguaje. En Buenos Aires, uno de los principales responsables de esta posición de enfrentamiento es el director Hugo Midón (autor de La vuelta manzana, Vivitos y Coleando, La familia Fernández, Huesito Caracú, entre otros). Por otra parte, desde los años setenta Midón es modelo de sucesivas generaciones de teatristas dedicados a los niños. El punto de partida de este talentoso director es la asimilación de los mecanismos del teatro para niños a los del teatro para adultos. Midón afirma una y otra vez que no hay diferencias entre el teatro para niños y el teatro para adultos y que, por lo tanto, sus procedimientos deben ser idénticos. Considera que estos principios los heredó de su maestro Ariel Bufano, quien decía que el arte era igual para todos: “Una rosa es una rosa tanto para un niño como para un adulto”. 
 
Uno de los cambios que introdujo esta nueva concepción del teatro para niños fue la vuelta a la división de los espacios distinguidos por Pavis. Los espectáculos así concebidos no involucran al espacio del público en el espacio dramático. Si etimológicamente teatro significa “mirador”4, la función fundamental del niño espectador debe ser la de observar, mirar, contemplar los mundos poéticos, y dejarse afectar emocional, estética, lúdica e ideológicamente por ellos. De esta manera el centro de actividad del niño está ubicado en la estimulación de su capacidad imaginaria, en la exaltación de su competencia representacional y simbólica. No se trata de hacerlo trabajar físicamente sino de invitarlo a desarrollar al máximo el placer de la imaginación. Esta concepción plantea un interesante paralelo entre el teatro y la representación imaginaria que el niño pone en ejercicio cuando le leen o lee un cuento. Enrique Pinti, otro gran teatrista para niños de Buenos Aires (autor de Corazón de bizcochuelo y Crema rusa, entre otras) ha señalado en un reportaje que le hicimos en ocasión de un estreno: “Las obras deben mantener la división entre el espacio de la representación y el espacio del espectador. Hay que escribir obras sustanciosas dramáticamente, cerradas en sí mismas, autónomas de la intervención de los niños, que no tengan que ser completadas por el trabajo de los niños de aplaudir, indicar hacia dónde debe ir el personaje, y muchas otras cosas. Esa era una avivada de los teatristas para trabajar menos”. 
 
Los artistas y grupos independientes más destacados del teatro para niños hoy en Buenos Aires: Clun (dirigido por Marcelo Katz), La Galera Encantada (dirigido por Hector Presa), La Arena (dirigido por Gerardo Hochman), los hermanos Alvarez (titiriteros que recorren todo el mundo con sus obras), La Banda de la Risa, María Romano y Daniel Casablanca, la titiritera búlgara Antoaneta Madajarova y muchos otros, trabajan bajo esta concepción. Adelgazan el nivel de participación y estimulan el de la expectación. Por el contrario, el teatro comercial para niños persiste en el presente en la concepción del teatro como uniformación de espacios, y en el rol del actor-animador. Hoy resulta un auténtico bastión de la concepción tradicional y la razón es muy sencilla: la voluntad de captación de un público masivo y subestimado en su capacidad de representación imaginaria, así como el interés por la excitación de los niños hacia la compra de merchandising. El entusiasmo que despiertan el juego y el convivio con los artistas (que generalmente provienen del circuito televisivo), permiten deslizar una invitación permanente a la compra de objetos que suelen ser ofrecidos a la entrada y a la salida y, a veces, durante el espectáculo. Los objetos generan la ilusión de continuidad material del encuentro y el juego con el artista. Reemplazan el vínculo simbólico de estimulación imaginaria por el fetichismo materialista. 
 
Es ejemplo clarísimo de este fenómeno la obra El corazón de la isla, protagonizado por la animadora Laura Franco, conocida como Panam, que trabaja durante todo el espectáculo con la uniformación de espacio dramático-escénico-escenográfico. Desde el comienzo, la conductora interpela al público saludándolo (“Halaia, chicos”), a lo que el público responde (“Halaia, Panam”) y mostrándoles el mundo del espacio dramático y escénico como si estuviera abierto y al mismo nivel que el espacio del público. Además, los personajes del espacio dramático manifiestan constantemente su conocimiento de lo que pasa en el espacio del público. Un ejemplo, lo constituye el personaje de bruja interpretado por la actriz Gladys Florimonte, quien ataca a los espectadores refiriéndose a sus rasgos peculiares (“Me escuchás vos, que le estás dando de mamar a tu hijo mientras yo hablo”, dice la actriz o “Vos, nene, el de rulitos que llora”). Este procedimiento es puesto en evidencia en la misma obra, ya que en la segunda parte de El corazón de la isla Florimonte realiza la parodia de las interpelaciones hechas por Panam al público. La célebre actriz cómica se pone una larga peluca rubia y grita grotesca y burlonamente a los niños: “Halaia, chicos”, mientras recibe la respuesta negativa de los mismos, que le gritan: “¡Vos no sos!”. 
 
Estas líneas no pretenden invitar a la desautorización y la erradicación del modelo tradicional. Sólo se trata de tomar conciencia de sus limitaciones y de sus objetables implicancias ideológicas. Por otra parte, qué útil y satisfactorio sería un teatro para niños de convocatoria masiva que estimulara en los hombres del futuro su capacidad simbólica y de ejercicio de la imaginación. Porque, como dice Pavlovsky en Variaciones Meyerhold, no hay arma creadora más potente que la imaginación.


Notas
1 Patrice Pavis, 1998, Diccionario del Teatro. Dramaturgia, estética y semiología, Barcelona , Editorial Paidós.
2 Gastón Breyer, 1968, El espacio escénico, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina.3 Jorge Dubatti, 2003, El convivio teatral, Buenos Aires, Atuel.4 J. Dubatti, 2005, Filosofía del teatro I: Mirador, Buenos Aires, Atuel.
 

Más sobre la autora: 
 
 
Nora Lía Sormani (noraliasor@hotmail.com) nació en Buenos Aires en 1965. Es Licenciada en Letras, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Se especializa en estudios sobre teatro, literatura y cultura para niños y jóvenes. Recibió el Premio Pregonero de la Fundación El Libro 1994-1995 por su labor en periodismo gráfico sobre literatura infantil. Integró el Consejo de Redacción de la revista La Mancha. Papeles de Literatura Infantil y Juvenil. Es autora de El teatro para niños. Del texto al escenario (Rosario, Homo Sapiens Ediciones, 2004). Realizó la complilación de los textos de literatura infantil en ¿Sólo los chicos? Cuentos argentinos de todos los tiempos (Buenos Aires, Ediciones Desde La Gente, 2002) y de la obra de Javier Villafañe en los libros: Javier Villafañe. Antología para la escuela y Cuentos con pájaros (Editorial Atuel, 2005 y 2007, respectivamente). Prologó y editó la obra de Sarah Bianchi, Lucecita para todos (Buenos Aires, Ediciones Desde La Gente, 2008), que contiene las memorias de la gran titiritera. Dirige la colección “Mascaritas” de Ediciones Colihue, dedicada a textos teatrales para chicos y la colección “La Andariega” de Editorial Atuel. Como periodista, colabora con las revistas La Valijita Billiken y Ser Padres Hoy. En la actualidad es Vicepresidenta de ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina).
 
Fuente:  Revista Imaginaria
 

martes, 18 de noviembre de 2014

Muestras 2014



Invitamos a todos los que quieran presenciarlas,  a las Muestras de los Talleres de Teatro - Adultos del Centro Cultural Cortázar que se llevarán a cabo, en O Higgins 3050 - Nuñez, siempre a las 20 hs:
 
El Taller de Avanzados, lo hará el día MIERCOLES 19 de Noviembre
Se presentará una narración con puesta en escena de LAS MANOS QUE CRECEN, un cuento de Julio Cortázar.
 
Mientras que
El Taller de Formación, lo hará el día MIERCOLES 26 de Noviembre,
Se podrá ver el work in progress de una adaptación libre para teatro del cuento para niños de Elsa Borneman, LISA DE LOS PARAGUAS. 
 
Los esperamos! 

viernes, 24 de octubre de 2014

El Vestuario de los Personajes



El actor no se disfraza de Personaje sino que lo viste y lo encarna.

Muchas veces nos parece fácil vestir a un personaje, tanto, que a menudo en las muestras de los talleres o en las producciones de bajo costo, generalmente en cooperativas, la tarea queda bajo la responsabilidad de cada actor y no se le dedica mucho tiempo grupal – en comparación al que se dedica a otras áreas -, vinculado al intercambio de opiniones acerca de este tema, quiero decir, otros aspectos, generan expectativas, como por ejemplo cómo va a ser la escenografía o con qué objetos se contará para llevar adelante las acciones, así es que a último momento y casi al mismo tiempo que el público descubrimos como se verán los parteneres en el escenario o experimentamos las limitaciones de movimientos producidos por la ropa con la que no pudimos ensayar. 
Independientemente de las posibilidades de concretarla, el actor tiene idea de cómo se vería su personaje en la obra, a medida que lo construye. 
Un vestuario para teatro tiene la particularidad de que generalmente cada personaje tiene pocos o ningún cambio de ropa, en comparación con el de cine o televisión.  En estos últimos casos deberíamos pensar en el guardarropa del personaje, aunque un buen ejercicio para definir el vestuario que debería usar, es pensar todo el placard que el personaje tiene, o podría tener. 
Entonces, si no vamos a contar con el especialista, deberíamos revisar los siguientes ítems. 
El vestuario del personaje, ya comienza a hablar por él, antes de que se exprese con palabras o con gestos.  La forma de vestirse, de calzarse la ropa, la oportunidad en que viste lo que viste; el color, la textura, el diseño, sus detalles y sus accesorios, denotan aspectos del personaje que inclusive pueden estar disociados con el tenor de la escena que se desarrolla, pero revelan aspectos ocultos y permite comunicar al espectador, un abanico de motivos psicológicos (y también físicos) que rodean al sujeto en cuestión y anticipan las posibles situaciones que se vivirán cada vez que este participe en alguna escena. 
Independientemente de sus necesidades – si bien el vestuario hace al personaje como el hábito hace al monje – debe contemplarse el Diseño de Arte completo de la obra.  El vestuario debe comunicar la esencia del personaje y también ser funcional al Arte de la Obra, de manera que esta conserve el valor estético buscado, sin crear disonancias no deseadas, no solo entre los otros personajes, sino también con el resto de los planos artísticos que la integran como la escenografía y la iluminación. 
Generalmente, para concebir el diseño de arte, se trabaja con una paleta de colores tratando de generar climas o de recordar épocas o de generar códigos entre la escena y el espectador. 
La Iluminación es primordial en este aspecto porque la utilización de haces de colores, distorsiona los colores originales de los objetos en escena.  Por lo tanto, este no será un aspecto menor a tener en cuenta.  
Para crear vestuarios de época o expresionistas será necesario recurrir a la investigación tanto de lo que se usaba en el tiempo en el que queremos (o debemos) ambientar la obra, como en la forma de construirlos. Más allá de las herramientas que nos ofrece la tecnología hoy en día, sería conveniente tener conocimientos de historia del arte, en donde podamos bucear para encontrar los nombres de pintores, escultores, autores, fotógrafos o diseñadores que más se acerquen a lo que buscamos. 
Pero qué pasa cuando el vestuario es realista y de época actual, cómo marcamos la diferencia.  Ahondar en el perfil psicológico del personaje, y en el conocimiento de la cultura en la que se formó, y la de sus grupos de pertenencia, y de las expectativas de participación en ellos o en otros diferentes a los que pertenece, parecería que nos permitirían arribar a una idea de la ropa que le gustaría usar y de aquella a la que a pesar de todo debe usar, detectando y revelando el valor simbólico del vestuario.  En este sentido, el vestuario no tiene necesariamente que ser bello, sino llegar al centro de los personajes, creando una atmósfera. 
Si las piezas del vestuario no van a revelarse completamente, es posible la utilización de fragmentos de piezas como ser cuellos o pecheras o botamangas en lugar de la prenda completa. 
Cuando se habla de vestuario, este incluye las joyas, y todo tipo de accesorios, además de la  zapatería y los cascos, es decir, la utilización de tocados, sombreros, pelucas, postizos o peinados. 
También se deberá contemplar que resulte cómodo o funcional a los movimientos que deberá realizar el actor para la interpretación de su personaje, como a los cambios de vestuario que deben hacerse en velocidad.



Transcribimos a continuación un reportaje realizado por Malva Marani a la vestuarista Roberta Pesci, para el sitio Todo Shows, que en forma sintética desarrolla la complejidad de su tarea.


LOS SECRETOS DE VESTIR UN PERSONAJE
Martes 07 de Octubre de 2014 | 08:01
Roberta Pesci, diseñadora de vestuario explica cómo trabaja la apariencia de los protagonistas de películas y publicidades. La experiencia, la observación de las tribus y el mensaje de la ropa en la vida cotidiana. 
Por Malva Marani
Cuando no disfruta del trabajo en equipo que ella misma pregona para el mundo del cine, Roberta Pesci realiza un ejercicio cotidiano para darles texturas, colores y formas a sus personajes. Cada vez que la chicharra del subte anuncia la partida, la Roberta de hoy le da pie a la joven que se pensaba socióloga –y no presagiaba una carrera de 16 años como diseñadora de vestuario en el mundo del séptimo arte– y se dedica apasionadamente a descifrar los universos de cada pasajero. "Observo a las personas. Empiezo por los zapatos y, mientras voy subiendo, me voy imaginando qué hará cada uno con sus vidas: '¿De qué trabajará?, ¿Tendrá hijos?, ¿Hará deporte?' Es fabuloso y tiene algo del efecto contrario a lo que hago cuando me dan un personaje y soy yo la que lo tengo que armar", define.
–¿En qué consiste tu trabajo?
–Todo comienza al recibir el guión. Uno lo lee y tiene el primer encuentro con el director que te cuenta qué película tiene él en la cabeza, porque un guión es como un libro y a todos nos dispara ideas diferentes. A partir de eso, le armo una devolución, que puede ser con dibujos, tejidos, imágenes de referencia, paleta de colores… Y así voy armando personaje por personaje. Y, como para mí, en el cine lo más importante es el trabajo en equipo, me gusta reunirme con el actor antes de la prueba de vestuario. Le cuento lo que tengo pensado para su personaje y él me cuenta lo que había imaginado. Yo le doy la caparazón al personaje pero el actor le da el alma; por eso tenemos que trabajar juntos para lograrlo. Después de la devolución gráfica, se trabaja junto a la producción el tema del presupuesto y, una vez que ya se tiene todo armado, se hace la prueba de vestuario.

–¿Cómo te documentás para elegir el vestuario de tus personajes?
–Hago todo lo que se me ocurra, porque la realidad es que no viví todos los mundos que me tocan realizar. A veces el mundo me es ajeno y lo desconozco, pero quizás si es de abogados, me voy a Tribunales, me siento en el barcito, camino por las calles de la zona… Claro que están los libros y también Internet, pero está bueno escuchar y observar a la gente real de ese mundo; porque hay una visión más cliché, más obvia, la que uno ve, y después hay una segunda vuelta en la que empezás a encontrar pequeñas sutilezas, quizás más chiquitas y menos obvias pero que arman realmente a un personaje.
–¿Cuál es la diferencia entre trabajar en cine y publicidad?
–Una película es un trabajo más evolutivo: empieza desde una base y va hacia un punto concreto, como si fuera una pirámide, y para llegar a ese fin trabajamos todos en común. El personaje va teniendo cambios, va evolucionando, y eso no sucede en la publicidad, que tiene otros tiempos y propone otro desafío: lograr que, en muy poco tiempo, se pueda decodificar quién es el personaje.

–¿Cuándo te sentís conforme con una realización?
–Hay un momento de felicidad, que es cuando logro visualizar por primera vez el personaje, desde que recibo el guión. Porque hay algunos que surgen más fácilmente y otros que quizás termino de armarlos en la prueba de vestuario. Capaz estoy seis meses pensando hasta que un día me levanto y, en un momento mágico, sé por dónde tengo que ir.
La trayectoria de 16 años que felizmente asume Roberta –que tiene 39– incluye trabajos en cortos, publicidad y teatro, aunque sobresalga su labor en más de 40 películas, que van desde La edad del sol –el primer largometraje en el que participó, en el ’99, como meritoria– hasta más actuales como El crítico –la obra de Hernán Guerschuny nominada a mejor opera prima por los Premios Sur– y atraviesan directores de la talla de Daniel Burman, Ana Katz o Damián Szifron. Para la directora de vestuario, que disfruta de todos los lenguajes para incorporar personajes y mundos que quién sabe cuándo podrían requerir de su vestuario, no hay mejor ejercicio que leer las prendas de sus compañeros de viajes o de los vecinos de mesa del bar, y descifrar sus historias.
–Y tu ropa, ¿qué dice de vos?
–En casa de herrero, cuchillo de palo. Creo que me he ido simplificando un poco… Me acuerdo que, en todo mi período de universitaria, nunca usé un pantalón. Para mí, el jean era una prenda sumamente incómoda, poco funcional, dura, estándar… Y, hoy, creo que si puedo estar todo el día con un jean y una remera es una solución buenísima. Mi cabeza se ha ido simplificando: hoy voy por lo cómodo, por lo simple.